Más allá del binomio masculino – femenino, en los últimos años los estudios de género y los enfoques de identidad han puesto su atención en diversos colectivos de personas a los que les reúne la condición de sentir un particular desacuerdo entre sus rasgos sexuales (biológicos) y su autopercepción de género, caso de las personas trans2 . Sexo y género se van posicionando de esa manera en el marco de los ejes de la biología (se es varón o mujer según el sexo biológico con el que se nace) y de la socialización (el género resultaría de la identidad asumida de acuerdo a los roles, valores, normas y expectativas que le asignamos en cada sociedad). Y es así entonces que en términos generales cada cultura va construyendo ciertas asociaciones que se elevan como realidades socialmente establecidas entre el sexo masculino con el género masculino, así como del sexo femenino con el género femenino. Esta idea que resulta del modelo heteronormativo dominante, sin embargo, no da cuenta al menos de dos nociones que consideramos de fundamental importancia para dar cuenta de nuestros asuntos (...)
Publicado:
2017-10-07