Cuando se hace referencia a sujetos y actores del sistema internacional lo es para diferenciar a aquellos que tienen conferido por el sistema una facultad o posibilidad de actuar generando consecuencias jurídicas. En estos casos, la posibilidad de celebrar tratados, comparecer en juicio y obtener una sentencia que le sea favorable, entablar relaciones con otros sujetos, etc., pero también a aquellos que el propio sistema (por voluntad de sus creadores: léase Estados) les ha conferido tales facultades o previsto un cúmulo de derechos y obligaciones. Ejemplo de esto último son los individuos o personas físicas, y determinadas personas jurídicas como las empresas multinacionales u organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, hay otra clase de sujetos que no han consolidado una facultad o posibilidad jurídica, pero si fáctica. Es decir, no tienen todavía consagrado un accionar tendiente a presentar, por ejemplo, una reclamación o celebrar un acuerdo con otro sujeto, pero aún así tienen incidencia a largo plazo para mudar su situación. Ejemplo de esto pueden ser los movimientos nacionales de liberación (MNL), la comunidad beligerante, las organizaciones internacionales privadas no gubernamentales, etc.(…)