Los estudios tendientes a establecer el nacimiento del Derecho penal durante mucho tiempo no pasaron del antiguo Derecho romano y del pre-derecho y derecho griego, directo antecedente de aquél; a lo sumo las obras remontaban a la Torah o ley mosaica. A fines del siglo XIX, con la publicación de las clásicas obras de Thonissen, D´arbois de Jubainville, y Mommsen, los estudios históricos sobre el Derecho Penal tomaron un fuerte impulso. En 1893 Durkheim defendió su célebre tesis doctoral sobre La División del Trabajo Social, en la que incluyó un notable desarrollo sobre los orígenes y la evolución de la pena. La razón del interés por el Derecho antiguo es allí magníficamente explicada: “Las concepciones jurídicas de las sociedades inferiores no son menos dignas de interés que las de las sociedades más elevadas; constituyen hechos igualmente instructivos. El biólogo habría dado una definición muy inexacta de los fenómenos vitales si hubiera desdeñado la observación de los seres monocelulares; de la sola contemplación de los organismos, y sobre todo, de los organismos superiores, habría sacado la conclusión errónea de que la vida consiste esencialmente en la organización”.(…)